Los muelles del recuerdo. Juan Manuel Bonet

Pilar Gómez Cossío, siempre nómada, siempre de aquí para allá, con sus cuadros, con sus dibujos, con sus acuarelas, con sus cuadernos de notas, de Florencia al Londres de Turner y de los docks y de la 3attersea Power Station, pasando por Egipto y por los desiertos de Jordania, por el Santander natal, por Ñapóles, por la isla de Cerdeña, por la alta E^gadina de Rilke y de Jouve, por un Nueva York blanco, por el Madrid posible e imposible, con su cargamento de impresiones, de obras.

En Italia, donde ha pasado buena parte de su vida adulta, Pilar Cossío encontró un paisaje clásico, una reserva de mitos, unas referencias ~ stóricas sobre las que apoyarse no para repetirlas, sino para construir una obra moderna. Allá estudió pintura, primero en la Escuela de Bellas -Artes de Roma, y luego en la de Florencia. Silvio Loffredo y Giancarlo Caldini han sido los maestros florentinos de los que más ha aprendido. G. Caldini, discípulo de Rosai, además de pintor es como suele pasarles a bastantes artistas de su país, un notable escritor, capaz de reconstruir con la palabra el París de Daumier o la Roma de Mafai. Ahora mismo ella, en sus ratos libres, está traduciendo al castellano la correspondencia de Rosai, cuya Florencia es tan misteriosa. Le gusta ese ciclo de la pintura y de la literatura novecentistas italianas. Le gustan, por ejemplo, los bodego¬nes y los paisajes casi desvanecidos de Filippo de Pisis; y le gusta ¡a prosa de Romano Bilenchi, que acaba de fallecer, y que entre sus Amici retrata a Rosai, a Pound, al márchese di Villanova. Le gustan también los Macchiaioli, su sentimiento del paisaje, su capacidad para convertir la vida cotidiana, la vida doméstica en arte. Muy italianas de inspiración han sido ^as dos exposiciones individuales madrileñas presentadas hasta la fecha por ella: Dal nómade alia Grande Lumaca: Enigma (Galería Gamarra Garri-gues, 1985) y Nel lago Arso di Sale (Fundación Colegio del Rey, Alcalá de Henares, 1986).

Accademia di Roma- nello studio
Accademia di Belle Arti di Roma- (nello studio/ en su studio) 1991-92

En Londres, en cuyos Delfina Studios vivió y trabajó durante la temporada 1988-1989, Pilar Cossío le dedicó muchas horas a contemplar el Támesis, las construcciones industriales ya arcaicas que lo rodean, los buques, las gabarras negras, las barquitas, las grúas, los hangares, las monumentales tolvas —que ahí se llaman coal-Bunkers—, los puentes, las torres, la mole de Saint Paul. La inquietante silueta de la Battersea Power Station, con sus cuatro chimeneas como capiteles de un gigantesco templo que se hubiera venido abajo, se convirtió para ella en una auténtica obsesión, en el edificio emblemático que preside sus entrevisiones y fantas¬magorías londinenses, en el vórtice de su obra reciente.

Pilar Cossío, paseante por la ciudad de Londres, por su niebla egendaria, por sus aguas: ella misma como «la Alicia» que navega por el aire y la luz de sus cuadros de Londres, entre los edificios industriales

Juan Manuel Bonet

Madrid, febrero 1992.

Roma, atelier 1992
con Juan Manuel Bonet y Antonio Bonet Correa, También está Javier López Marcano, consejero de Cultura en aquel tiempo
Accademia di Roma – con Maria Gómez , Antonio Maya y el arquitecto Arqués.
Accademia di Roma . Atelier. photo Stefano Trenca
cavagliere» / oleo sobre tela. 50 cm diámetro