ARTE- diario montañes. Santander. España.
La artista Pilar Cossio en Silió, 2011
06.03.11 –
G. BALBONA | SANTANDER.
Londres, Florencia, París…Artista nómada por naturaleza, Pilar Cossío (Santander, 1950) regresa esta semana a su tierra natal a través de la temporada expositiva de la galería Juan Silió. Bajo el epígrafe de ‘Espace captif’, la sala que estos días participa invitada en la feria internacional Volta de Nueva York, expondrá las nuevas obras de Cossío, creadora que considera que «la poesía, a través del color y de la forma, es como una madriguera en la que se puede vivir eternamente».
El sueño y sus alrededores son para Pilar Cossío «una segunda piel». Acceder a lo real en su caso «significa entonces desvelar un territorio mágico, que sólo le pertenece a ella y que es además su morada». Una reflexión filosófica, e incluso psicológica, en torno al mundo y a su mundo en particular sostienen su nueva creación. «Al final ella descubre esas secretas afinidades de los seres, para lo cual le da la vuelta a la sintaxis y a la semántica habitual del objeto que investiga. Y que siente».
Daniel Soutif en un catálogo consagrado a dos exposiciones de la artista santanderina con destino a Paris y Siena, designó su identidad con el nombre de ‘transport’: suscitar un sentimiento vivo, y en algún caso una respuesta transgresora.
En su comparecencia en Juan Silió desde el próximo día 12, tras su continuo periplo internacional y exponer paralelamente en los últimos ocho años en el Palacete del Embarcadero, las Casas del Aguila y la Parra, el Museo de Bellas Artes de Santander o el Palacio de Caja Cantabria, Cossío reúne ahora poemas visuales, fotomontajes, dibujos, ready-made o instalaciones en los que realiza «desplazamientos inéditos y emocionantes: de la realidad al sueño, de lo visual a lo mental, y viceversa.
Hay en ellos sin duda respuestas para contestar a alguno de sus enigmas…». Lugares, no lugares, sueños, figuras, objetos integran el itinerario que propone la artista «confrontándose a través de proyectos que sobrepasan cualquier sentido de la medida, para encontrar el modo de construir un «mundo imaginario del que ella solo conoce el acceso».
Ciudades, espacios, juegos, cruce de lenguajes, instalaciones «que resuelven la puesta en escena con una riqueza de recursos, que dejan clara la complejidad y riqueza de su pensamiento, su capacidad de juego, traducido en proyectos que implican al espectador por su intensidad».
Sus instalaciones, caso de Pavana, como mostró en Santillana del Mar, en la galería Paolo Tonín en Turín, o en Artemisia de París, certificaron la poética de la artista santanderina, siempre abierta a la evolución y a la búsqueda de una revolución del lenguaje propio , personal y mestizo.
«En eso consiste el trabajo del artista en abrir los ojos a nuevas perspectivas, nuevos cauces de la mirada. Desvelando aspectos que normalmente la realidad esconde».