SPLENDOR SOLIS /PDF
https://issuu.com/inmasaiz8/docs/book__pilar_cossio_splendor_solis_3/1
http://www.fundacionsantandercreativa.com/web/evento-auna/presentacion-de-libro-splendor-splis-de-pilar-cossio.html
SPLENDOR SOLIS presentation /Pilar Cossio’s Book
Les jours inclassables
Place de la République / Paris Saint-Denis
Splendor Solis è nato a place de la république. Non solo….
«Splendor Solis» est né dans la corniche libanaise. Avec mes pieds dans l’eau.
Sur la rive de l’Atlantique à Mogador.
Il Est né aussi dans les Nuits d’automne, tandis que les vagues frappaient les murs de mon atelier et la mousse remplissait mes rêves.
Il est né autour du piano de Paolo, quand ses notes ont apparemment cessé 🙂
Merci Paolo
pour mettre à disposition l’espace magique de ta maison: là j’ai pu déposer mots et couleurs. Dedans l’aura nécessaire, cet atelier, comblé de pianos et d’inspiration et de talent, étais Un des espaces plus magiques que j’ai jamais vécu. Le contenu tangible de ta musique est dans les pages de cet livre.
Text of GUILLERMO BALBONA about PILAR COSSIO:
(Now In Spanish)
Decía Italo Calvino que «las ciudades son un conjunto de muchas cosas:
memorias, deseos, signos de un lenguaje; son lugares de trueque, como
explican todos los libros de historia de la economía, pero estos
trueques no lo son sólo de mercancías, son también trueques de palabras,
de deseos, de recuerdos». Y en Pilar Cossío hay muchas ciudades y muchos
trueques.
El suyo es arte de lugares y no lugares. De fragmentos y tránsitos. De
visiones fugaces e imaginarios. Somos restos, collages, pecio, andenes,
estaciones, lugares de paso. A Pilar siempre la he conocido así, de paso
y a pasos, en una danza extraña de destinos imposibles, azares, viajes y
mundos familiares. Por eso quizás nunca se ha detenido.
No existe una foto fija de su creación. Puedo recordar dibujos que
tratan de escapar de su propio trazo, coreografías de manchas, imágenes
rotas de sitios que nunca conoceremos o que son demasiado conocidos. En
su obra, como refleja ‘splendor solis’, caben…
Pequeñas distancias. Travesías. Y trayectos.
La caligrafía de Pilar rezuma una poética de voyeur, de viajera
accidental que combina cicatrices con heridas, tatuajes con collages,
ciudades con estaciones. Pilar es Turín, París, Florencia, Beirut,
Essaouira, Roma, Londres, Santander…Un viaje interior de destinos en
el mapa, equipajes de luces y sombras y una cartogafía de sueños y
deseos, pero también de desiertos, puertos, costas y cafés. En Pilar
siempre habita un rastro de jazz, una improvisación alada, como todas
las que merecen la pena, inasible, pero que, como la vida, mancha y
luego ya no puedes dejar de preguntarte por esos colores desmayados, ni
por las figuras que tratan de escapar de la instalación, ni por esas
ciudades invisibles, inventadas, habitadas, vacías que integran nuestra
memoria de arena.
El paisaje, cotidiano o ajeno, reinventado o extraño, es siempre un
ready made, una emoción entrecortada, un lugar de silencio, susurro,
luna e ingravidez, porque el/la artista, todo artista es refugiado,
exiliado y pasa de puntillas como ella entre quimeras, espejos y laberintos.
Con Pilar uno pasea descalzo dejando huellas en el papel, en una postal,
en cielos sobre ciudades, en cielos protectores, en objetos, en poemas,
en hojas muertas, en flores del mal, en ventanas que miran lejos, muy
lejos, sin retorno.
A veces la vida es simplemente eso como, ‘Madeleine’, una de sus
exposiciones y una estación de metro de París,
una mujer de pelo rojo que lavaba los pies de su amado y que, con
enorme sensualidad, nunca olvidada, secaba aquellos pies adorados con su
pelo rojizo, con su trenza deshecha,
En Pilar surgen imágenes grabadas desde la infancia que tienen un enorme
poder de seducción, una violencia erótica, una sutileza profunda de
tactos, humedades, pelos, caricias, sensualidad extrema…
En ‘splendor solis’ hay encrucijadas, una estación de paso, un sitio
donde vivir, un nombre de mujer, una trenza que se anuda como los
caminos de la vida, un paso de baile, el lugar donde confluyen las
trayectorias, la reunión de los movimientos de una danza sobria, el nudo
en el que el tiempo nos ha hecho el favor de materializarse en imágenes,
por un momento, leve.
Caballos, zapatos y el baile, obsesiones íntimas, objetos recurrentes,
una Alicia que nunca acaba de trapasar el espejo, una necesidad de
encontrar los rasgos dejados, las huellas del caminar. Nos ofrece una
elaboración personal de nuevos signos, nacientes, a partir de los
lugares en los que se han demorado las vivencias para proponérnoslos y
así poder compartir los posos de la intensidad poética prendida con
hilos casi invisibles en esos lugares.
Baile aéreo, iluminado en mitad de la estancia, danza pausada,
mujer-pájaro que vuela entre pasillos, playas, ascensores, invertida
hacia el interior del pozo-espejo, generando misterio, la distancia que
hace necesaria la recreación y la evidencia del sentido de la
instalación que nos llama desde el fondo del abismo; o la de la postura
transgresora, la que opta por la vivencia directa, de una imagen
virtual, por la mirada en el fondo del espejo, mejor o peor que la
imaginada, siempre distinta porque su naturaleza es de otro orden. Hay
una construcción sobre el vértigo en esos trajes o cuerpo suspendidos,
invertidos, que se miran y se abisman solitarios.
Lo que queda del devenir, los puntos de anclaje de la memoria, que se
convierten en nuevos seres para dejar su huella en el recuerdo: zapatos
y baile, caminos recorridos por calles, edificios, ciudades, pasos de
baile o de vida.
Pilar Cossío deja siempre la sensación de ser una creadora que pasa al
lado de la obra, que no la hace, sino que la siente o la padece, que
interviene menos de lo que parece. Y de que intervienen más, que la
hacen, los objetos, el espacio, la gente que la mira, y siempre de
manera distinta a la que se pudo prever, como ocurre con esos vacíos,
ese juego de presencias y ausencias donde flotan las criaturas y sus
insignificantes significados o lo inverso.
Hay mucho de ceremonia en sus piezas, de altar dedicado al tránsito del
amor, del duelo, del dolor, repetido y reflejado, multiplicado por ejes
de simetrías, que crean ecos, pulsaciones, y la necesidad de pasar al
otro lado de lo imaginario, para renacer purificado.
Los contornos, las líneas, la doble imagen, lo difuso, el encanto y el
pas du tout, los cuerpos sólo son fragmentos, solo se revelan desde la
ausencia o el ocaso, desvanecidos o en desmayo, en desazón continua.
Sobreimpresión sobrecogedora de todo, levedad, con Pilar somos fantasmas
viajeros, náufragos hacia Itaca, argonautas escapados de los frescos de
una bóveda barroca derruida.
Tiempo y memoria, fetichismo y metáfora. Suite Cossío, collages,
instalaciones, ready-mades, dibujos, fotomontajes, una danza de
psicología y autobiografía de traje de diario y vestido de domingo. Un
relato de sensibilidad, densidad erótica, sutilezas y sensualidad, con
el referente constante de lo urbano, en una suerte de cartografía sobre
lo femenino, la memoria, el imaginario poético y el espacio. Un
movimiento continuo de aire y en el aire, aleatorio y azaroso, un
tránsito vital incesante antes de subir a un tren sin más trayecto que
las imágenes fragmentadas, deshechas y desnudas.
«El verdadero lugar de nacimiento es aquel donde por primera vez nos
miramos con una mirada inteligente», escribió Marguerite Yourcenar. Y
una de esas miradas es la de Pilar.
GUILLERMO BALBONA
He is a poet, writer, journalist, art art critic.
«Paris -Beyrouth y vice-versa»